La auténtica cosecha de la vida cotidiana es tan intangible e indescriptible como los matices de la mañana o la noche. Es como atrapar un poco de polvo de las estrellas o asir el fragmento de un arco iris" (Henry David Thoreau, Walden o la vida en los bosques. )
Se trata de caminar, un viajero de lo estético, se trata de conocer y realizarse en la soledad que merece el descubrimiento personal. Se trata de reflejarse en las fotografías. He ahí el clímax anhelado. Es querer algo, estirar los brazos y tomarlo. Lo que yo quiera, lo que yo desee. Tomarlo, sea bueno o malo, tomarlo, fotografíar ese momento. Botar la bicileta al suelo, crear con ella una composición que me llene, mirarla a través del rectángulo y disparar. Solo una vez, no desperdiciar tiempo ametrallando con el obturador. Paciente y observador; metódico y disparar. Solo una vez. Observar tan bien que cuando llegue lo que tantas innumerables veces se cita de Cartier-Bresson, el instante decisivo, poder obturar y lograr atrapar la escencia de nuestro sentido de belleza y de libertad. No dejarlas ir. La libertad y la belleza son muy buenas para dejarlas pasar.
"Al ver las fotografías nos vemos a nosotros mismos viendo que somos esos fotógrafos."
(Judith Butler)
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