Jueves 22 de septiembre del 2011. Estación central. Universidad de Santiago. 10:30 am.
Cientos de miles repletaban por cuadras y cuadras la calzada sur de la alameda B. O'higgins, principal arteria capitalina. Cientos de miles marchaban mostrando una vez más que no nos hemos rendido, que no hemos dado pie atrás y que las demandas siguen en pie. La fuerza de los miles en una meta: "Fin a la educación de mercado, fin a ser tratados como mercancías para empresarios ladrones, fin al negocio de la educación en Chile!"
No quedó más que luchar. No bastó con solo caminar, cantar y bailar. Ya no basta con rendirse ante la violenta y cobarde represión policial. Ya no basta con armar escenarios y carnavales. La violencia más grande es quedarse pasivos frente a la violencia gubernamental.
La capucha apareció, cargada de rabia, encendida con odio hacia los que nos violentan tras las puertas de los salones de la moneda. Apareció revindicando al poblador anónimo, a todos y cada uno de los asesinados por el estado en esta falsa democracia, a todos aquellos que, tras las rejas, siguen luchando por la libertad que, por falsedades, se les fue arrebatada.
La rabia del pueblo está encendida, ya no existe el miedo, ya no se da ni un paso atrás. Más vale morir luchando que vivir de rodillas. Es hora de que ellos comiencen a tener miedo.
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