lunes, 28 de marzo de 2016

El retorno de Clavito


Faltan más de tres horas para el comienzo del partido en Maipú y las instalaciones del estadio Santiago Bueras se encuentran prácticamente desiertas. Es domingo de resurreción en Santiago. El ruido de motor de un auto hace regresar de su letargo a los dos somnolientos guardias de seguridad que custodian el acceso al recinto. El que maneja es el nuevo director técnico de Santiago Morning, Hernán Clavito Godoy. Nadie lo espera todavía, pero ha sido el primero en llegar. 
Ataviado con un elegante terno gris, camisa violeta y corbata morada, el DT desciende con parsimonia de su Honda Integra color verde y respira una larga bocanada de aire. Dos años después de su última partida, vuelve a estar en casa. “Hoy es mi primer partido”, confiesa a La Tercera, a modo de presentación, como si sus más de 40 años de trayectoria en las bancas no importasen ahora lo más mínimo. “Y es un partido de seis puntos”, agrega, con los ojos vidriosos, nublados por la emoción de su inminente debut. Porque da igual que ya haya dirigido al conjunto microbusero con anterioridad en tres etapas diferentes. Hoy es su día. El día de su cuarta primera vez como técnico del Chago Morning. 
“Aquí estoy, agarrado otra vez a un fierro ardiendo”, continúa Clavito, mientras toma asiento a un costado de la cancha. Su jornada ha empezado pronto, muy pronto, concretamente a las 6 de la mañana en su casa de Quinta Normal. “Estuve preparando las notas del partido”, señala, mientras comienza a extraer de su bolso de mano su inseparable y famosa pizarra. Cinco páginas de apuntes con posibles formaciones y variantes tácticas -tanto propias como de su rival, Barnechea- dan buena cuenta del metódico trabajo previo realizado por el adiestrador. “Yo no tengo cábalas, ni me gusta decirles muchas cosas a los chicos antes de que empiece el partido. Porque el único verbo que hoy se puede conjugar, es el verbo ganar”, sentencia, antes de levantarse para saludar a su mano derecha, el preparador físico y ayudante técnico de Santiago Morning, Justó Farrán. “Vamos a ganar. Para eso estoy aquí”, culmina sonriente el DT, mientras comienza a caminar, sin poder disimular su ostensible cojera, con dirección a los camarines.
A las tres de la tarde, cuando resta ya sólo una hora para el comienzo del duelo entre microbuseros y huaicocheros -antepenúltimos y penúltimos en la tabla acumulada de Primera B, respectivamente-, el feudo maipucino comienza a tomar color. Y el blanco y negro de las poleras de los hinchas del Chago comienzan a conferir a los instantes previos al inicio del pleito una atmósfera vetusta, antigua, de fútbol sin artificios, de carne y hueso. 
Cuando el pitazo inicial se acerca y los dos conjuntos se disponen ya a saltar a la cancha de juego, los altoparlantes toman la palabra: “Aprovechamos para dar la más cordial bienvenida y para manifestarle nuestro eterno agradecimiento a nuestro nuevo Director Técnico: Hernán Clavito Godoy”. 
En la tribuna del Santiago Bueras están presentes también algunas celebridades del balompié criollo, como Nelson Tapia y Esteban Paredes, quien dedica unas palabras de aliento al longevo estratega: “Estoy contento de la vuelta de Clavito, porque él mejor que nadie sabe lo que es Santiago Morning”. 
Por eso cuando la pelota va a echar a rodar, Godoy se encuentra ya instalado a pie de cancha, en el límite de su área técnica. “¡Ojo con la partida!”, vocifera hasta en tres ocasiones, antes de tomarla con Kimura, uno de sus laterales. “¡La marca, la marca!, le grita, hasta que el defensor modifica su posición. Tiene casi 75 años, pero su temperamento es el de siempre. Tal vez por eso, cuando las instrucciones de Farrán no surten efecto, el ayudante se dirige a Clavito y le ruega: “Profe, grítalo tú”. 
El primer grito, pero de gol, llega a los 25 minutos, en un centrochut envenenado de Felipe Díaz. Y enseguida el delirio. Y el festejo cargado de rabia del DT quien, alcanzado el entretiempo, con ventaja parcial de su equipo y visiblemente fatigado a causa de su constante deambular por el área técnica, se sienta por primera vez en la banca, a solas con su pizarra. 
Con la llegada del segundo tiempo, la ansiedad comienza a ir en aumento. “¿Quién marca al negro?, ¿quién está con el herido?”, vuelve a vociferar Clavito Godoy, con el rostro desencajado ya por el cansancio.
Con un futbolista menos tras la expulsión de Felipe Díaz, la empresa se le complica al cuadro bohemio. La tensión puede cortarse ahora con cuchillo, pero una gran maniobra personal de Escalante termina con el gol de Núñez, el 2-0. Y los cerca de 400 espectadores que pueblan las gradas del recinto lo celebran como si hubiesen ganado un título. También el técnico debutante, que invade la cancha con los puños en alto. 
Pero el guión del partido pone un poco de suspenso al tramo final, con el descuento de Andrade casi sobre la bocina. Toca sufrir, pero eso ya lo había advertido Clavito. 
Con el pitazo final, el Santiago Bueras respira tranquilo. “¡Grande, Clavo!”; “¡Gracias, Clavito!”, comienzan a gritarle al DT los fanáticos de su equipo. Y el entrenador les devuelve emocionado el saludo, antes de tomar nuevamente su pizarra y regresar extenuado a los camarines. El domingo de resurrección ha terminado en Santiago y el Chago Morning sigue vivo.

Texto: Denís Fernández | http://palabrasyplacebos.blogspot.cl/
Fotos: Hans Scott 














Cobertura para el diario La Tercera.

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